Cronicas De Campamento Acampando bajo la tormenta, Ajusco. El fin de semana de semana pasado, decidimos dejar la ciudad por un rato y perder nuestras mentes en el bosque, así que nos fuimos a San Nicolas.
Llegamos en la tarde, para aprovechar la luz del día, levantamos el campamento en un lugar tranquilo, ya todo acomodado, nos fuimos a caminar y a explorar por ahí, en camino hacia la virgen, la neblina ya comenzaba a bajar, era hermoso ver como los arboles se difuminaban entre la neblina y la obscuridad de la noche, más empezó a llover y la lluvia aumentaba cada vez mas, así que nos quedamos en la torre en la virgen, donde normalmente hay una vista hermosa, pero esta vez apenas podíamos ver los arboles de enfrente.
unas horas después, decidimos regresar al campamento, pues el frío aumentaba y la lluvia no parecía disminuir, el camino de regreso fue pesado pues todo estaba mojado y podíamos resbalar si no caminábamos con precaución, uno de nosotros iba hasta el frente con 2 lamparas apuntando el camino, así podíamos ver un poco más lo que pisábamos y por donde lo hacíamos, y sobre todo ver que íbamos por el camino correcto, ya que hay varios caminos y es muy común que la gente se pueda perder si no van viendo bien el camino.
Al fin de regreso al campamento, nos dimos cuenta que algunas de nuestras cosas se habían mojado, como nuestra ropa de cambio y algunas partes de las casas de campaña, pero no nos quedo de otra mas que entrar rápido para que no se mojaran mas cosas y ver que se podía salvar, platicamos un rato, cenamos, platicamos más, reímos, gritamos, escuchamos la lluvia, horas de lluvia, con un poco de trabajo por estar todos empapados nos acostamos a dormir, platicamos, nos movíamos, nos levantábamos para respirar, y nos dejamos arrullar por la lluvia, nos despertábamos a ratos, hasta que nos dieron las 9am, la lluvia no paraba, pero por la ventana veíamos como todo estaba completamente claro afuera, todo verde, aquellos increíbles colores de la naturaleza, la neblina ya se había limpiado completamente. Más la lluvia y el frío no nos dejaban salir, horas mas tarde por fin paró la lluvia, el día estaba hermoso, nos cambiamos, fuimos a una fogata donde conocimos a un guardabosques del parque de San Nicolas, platicamos con el mientras nos acompañábamos comiendo, disfrutando de una quesadillas y el bello lugar, una vista increíble y una conexión profunda con la naturaleza.
Ya comidos, colgamos algunas prendas de ropa a ver si se secaban con el calor de la fogata, platicamos, reímos, observamos, escuchamos, conocimos, aprendimos, fuimos a levantar el campamento, nos ensuciamos, hasta que comenzó a bajar otra vez la neblina, fue majestuoso ver como poco a poco los arboles se volvían a perder entre la neblina, empezaba a llover otra vez así que agarramos todo y nos caminamos de regreso, cansados, mojados, enlodados, pero maravillados de aquel lugar regresamos, y aunque en su momento hubo muchas cosas que no esperábamos, fue una experiencia padrísima, e inigualable, vivir la lluvia, sentirla, sentir el frío, el bosque, su magia, sentir el mundo.
Cronicas de un campamento por Karen Torres.
¿Dudas? revazimut@gmail.com
Revista Azimut | Red de Campismo
Parque Ejidal San Nicolas Totolapan.